La bendición de la imposición de manos

Jesucristo le dijo a los discípulos sobre los milagros y los hechos que había realizado sobre la Tierra que ellos por fe harían en su nombre también estas bendiciones y sanaciones.

Jesús imponía las manos a las personas que necesitaban sanidad o restauración espiritual y a veces también utilizaba otros elementos de la naturaleza para producir la sanación**.

Jesús hizo lodo con la tierra y lo puso en los ojos del hombre ciego. Jesús le dijo al hombre que fuera a lavarse los ojos.

Juan 9:6–7

En cuanto se lavó el lodo de los ojos, ¡ya podía ver!

Juan 9:7

Luego de recibir el espíritu Santo también muchos de sus apóstoles y evangelistas designados realizaron obras maravillosas y fueron de bendición para muchas personas permitiendo la expansión del evangelio.

También es cierto que fue un momento difícil para la nueva fe porque fueron perseguidos y asesinados muchos seguidores del maestro.

Pero a todos sus seguidores nos dejó un mandamiento claro; no impongáis con ligereza las manos a nadie*, porque uno debe asegurarse que esa persona ha decidido recibir al Salvador en su corazón y que va a cambiar de actitud y de forma de obrar en su vida dejando de pecar. 

No impongas las manos sobre nadie con ligereza, compartiendo así {la responsabilidad por} los pecados de otros; guárdate libre de pecado.

1 Timoteo 5:22

Actualmente muchas personas hacen negocios con la imposición de manos a través de enseñar que cierta energía universal puede ser impuesta por la mano del ser humano; lo que no enseñan es que en verdad es el espíritu Santo quien  obra para sanidad y bendición de la persona... Lo otro practicado por Reikistas u otros sanadores puede ser algo temporal y basado más en la sugestión que en una real bendición para la persona.

No dejen que falsos maestros en nombre de una supuesta energía universal hagan negocio con sus esperanzas y dolores existenciales.